domingo, 22 de mayo de 2011

UN DIOS PARA UNA CIUDAD


Siendo hoy día de elecciones, no me resisto a escribir esta breve pero preciosa historia sobre la fundación de una ciudad griega.


Cuenta la leyenda que una vez, en un lugar de Grecia, comenzó, lenta pero inexorablemente, a nacer una nueva ciudad. Sin embargo, contra lo que era costumbre, sus habitantes carecían de deidad que les protegiera, y una disputa por su adoración se abrió en el Olímpo, siendo los principales candidatos Atenea, hija de Zeus, diosa de la guerra, la sabiduría y la artesanía, y Poseidón, hermano de Zeus y tío de Atenea, Señor del Mar y padre de los caballos. Siendo que los dos dioses eran parejos en merecimiento y necesidad de la adoración por los ciudadanos de la incipiente nación, pues así como Atenea no tenia a quien proteger de entre los muchos mortales que poblaban la tierra,  Poseidón no tenia posesión alguna en tierra firme; y siendo parejo también el poder de una y otro y la protección que pudieran ofrecer, el Señor de los Dioses no tubo otra opción que dejar la decisión en manos de los propios mortales.

Así, las dos deidades se dispusieron a hacer gala de sus poderes y habilidades ante los habitantes de la region, prestos a sorprenderlos y ganarlos así para su causa. Poseidón, Señor del Mar y de las aguas, propició el nacimiento de una enorme fuente de agua, que con gloriosa majestuosidad, abasteció del preciado liquido elemento las zonas circundantes, fertilizándolas y haciéndolas aptas para el cultivo y la supervivencia de los humanos. Los hombres supieron ver en el agua un elemento imprescindible para mantener la higiene necesaria para evitar las plagas que en otros lugares habían padecido.

Atenea, por su parte, hizo aparecer de la nada un olivo, y se ofreció a mostrarles a los humanos el arte de su cultivo y de la obtención del aceite de sus frutos. En esta ocasión fueron las mujeres quienes supieron reconocer las muchas utilidades que el  aceite tendría en la cocina y en la fabricación de ungüentos medicinales, y las muchas ventajas que el olivo podría traerles.

Como fuera imposible conciliar a las dos facciones, los hombres por un lado y las mujeres por el otro, se procedió a votar, y resultó que el numero de mujeres superaba por una al numero de hombres, de modo que fue la diosa Atenea la elegida como protectora.

Y fue así como se decidió la protectora de la que, con el paso del tiempo, se convertiría en la gran Atenas, una de las mayores y mas recordadas ciudades griegas, cuna de la Filosofía y la Democracia. La Madre de Europa.

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